Segunda guerra sino-japonesa
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La segunda guerra sino-japonesa o segunda guerra chino-japonesa (中国抗日战争 en chino, 日中戦争 en japonés), transcurrió entre los años 1937 y 1945, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó cuando el ejército japonés, que ya controlaba Manchuria, inició la invasión del norte y el este de China. La invasión concluyó con la rendición de Japón en 1945. En chino, esta guerra es conocida como Guerra de resistencia antijaponesa del Pueblo de China (chino tradicional: 中國抗日戰爭, chino simplificado: 中国抗日战争, pinyin: Zhōngguó Rénmín Kàng Rì Zhànzhēng) o Guerra de Resistencia (抗戰, 抗战, Kàngzhàn).
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[editar] Antecedentes
La segunda guerra sino-japonesa supuso la culminación de la tensión creciente entre China y Japón, que se remontaba a la anterior guerra entre los dos países. Tras la primera guerra sino-japonesa, Japón había incorporado ya Taiwán a su territorio, y los planes expansionistas de este país continuarían durante el principio del siglo XX. Al final de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles (1919) había concedido a Japón numerosos privilegios comerciales en China, que causaron un gran resentimiento entre la población china, que desembocó en las protestas populares del Movimiento del Cuatro de Mayo en ese día del año 1919. A partir de 1931, Japón establecía el estado títere de Manchukuo en Manchuria, ante la impotencia de la República de China, gobernada por el partido nacionalista Kuomintang (KMT), que parecía incapaz de garantizar la integridad territorial del país.
[editar] Primeros combates
[editar] Estallido de la guerra
Esta tensión creciente se convertiría en una guerra abierta el 7 de julio de 1937, tras el incidente del Puente de Marco Polo, cuando tropas japonesas estacionadas en Pekín se enfrentaron al Ejército de la República de China en las cercanías del Puente de Marco Polo, unos quince kilómetros al oeste de Pekín. Esta batalla comenzó porque las tropas japonesas creían erróneamente que uno de sus hombres había sido hecho prisionero por los chinos. Japón exigió disculpas formales a China, lo cual fue rechazado por el hombre fuerte de China en aquellos momentos, el generalísimo Chiang Kai-shek, quien ordenó al Ejército luchar contra los japoneses en el Norte y el 14 de agosto mandó a la fuerza aérea del Ejército chino a bombardear[1] los barcos de la Marina japonesa anclados frente a las costas de Shanghái.
Pocos días antes del estallido de los combates en Shanghai se habían extendido los choques en el Norte: el 9 de agosto las unidades japonesas habían recibido orden de eliminar a las chinas que habían avanzado en Chahar y amenazaban la retaguardia del Ejército de China Septentrional, responsable de la zona al sur de Manchukuo.[2] Mientras, el Ejército de Guandong avanzó desde Manchukuo y tomó Zhangbei, al Sur.[3] Entre finales de agosto y mediados de octubre, unidades del Ejército de Guandong al mando del teniente general Hideki Tōjō continuaron avanzando por la provincia de Chahar siguiendo el ferrocarril Pekín-Suiyuan.[3] En la región de Pekín-Tianjin, se formó a finales de agosto un nuevo Ejército con dos ejércitos, en total cerca de cien mil hombres en ocho divisiones, que avanzaron a lo largo de las líneas férreas Pekín-Tianjin y Pekín-Pukou, rodeando ambos flancos de Baoding.[4] Tras derrotar a un ejército chino cuatro veces más numeroso pero poco cohesionado y mal armado, tomaron la ciudad el 24 de septiembre.[4] A comienzos de octubre y gracias a los continuos avances, en mando local comenzó a planear la persecución de las fuerzas chinas hasta Nankín y Wuhan.[4] En el Oeste, también continuaron los avances japoneses, que capturaron Taiyuan el 9 de octubre de 1937.[5] En el avance hacia el Sur, tras un breve respiro, el II ejército tomó Jinan el 26 de diciembre.[5] A finales de año el frente se extendía desde el norte de la provincia de Shanxi al Oeste hasta las orillas del Yangzi más al Este.[5]
Jiang estaba convencido de la imposibilidad de derrotar por sí solo a Japón, pero contaba con ganar la guerra si se cumplían tres condiciones: que China pudiese continuar su resistencia ante el avance japonés, que las potencias (especialmente la URSS) interviniesen contra Japón y si este se avenía a pactar.[6] Jiang confiaba en poder lograr que la URSS atacase Japón, con el que mantenía malas relaciones por la rivalidad mutua en el norte de China y Manchuria.[7] En noviembre de 1937 se envió una delegación secretamente a la URSS, con la que había firmado un tratado de no agresión en agosto (21 de agosto de 1937[8] ), a solicitar su ayuda.[9] Anteriormente, a finales de julio, el Gobierno chino había tratado de lograr el apoyo de las potencias, alegando la infracción japonesa del Tratado de las Nueve Potencias.[10] Estas se reunieron del 3 al 24 de noviembre de 1937 en Bruselas, pero no adoptaron las sanciones económicas ni aprobaron la ayuda militar y financiera que esperaba el Gobierno de Nankín.[10] Los Estado Unidos y Japón se opusieron a las medidas contra Japón defendidas por la URSS, que acabó retirándose de la conferencia, para disgusto de Nankín.[11] La pasividad occidental hizo al Jiang más dependiente de la URSS.[11] Durante el primer año y medio de guerra Jiang trató de convencer a Stalin para que atacase Japón, sin éxito, aunque este no se negase nunca rotundamente para causar el fin de la resistencia china y un acuerdo sino-japonés.[12]
La violenta reacción china provocó la movilización del Ejército Imperial Japonés, que en poco tiempo había logrado hacerse con el control de la región de Pekín y Tianjin en el Norte, y que luego atacó a la bahía de Hangzhou en el sur.
La guerra abierta con Japón puso fin a los intentos de Chiang Kai-shek de unificar el país. Ante el avance japonés, el gobierno del Kuomintang se vio obligado a abandonar la capital Nankín(13 de diciembre[13] ), replegándose hacia el interior, primero a la ciudad de Wuhan y, después, a la ciudad interior de Chongqing (20 de noviembre de 1937[14] ), lugar remoto desde el cual parecía difícil llevar a cabo una contraofensiva.
Entre agosto un ejército japonés de 300.000 hombres atacó Shangai, los chinos los duplicaban en número, pero la superioridad nipona en disciplina y tecnología inclinó la batalla a su favor, en noviembre de ese año la ciudad ya estaba bajo poder de las tropas japonesas, a un costo de 250.000 chinos muertos.[15] Mientras otra fuerza japonesa de 140.000 nipones atacó Taiyuan y Xinkou, los defensores chinos (580.000 en la primera y 280.000 en la segunda) fueron vencidos tras dos meses de feroces combates, los chinos tuvieron 200.000 muertos.[16] [17] En menos de un año el ejército japonés ocupó la mayor parte de la franja costera oriental de China, controlando los principales centros de producción económica. Al régimen títere de Manchukuo se sumaron otros tres regímenes títeres, uno en Mongolia Interior, que los japoneses querían separar de China como habían hecho con Taiwán y Manchuria, y otros dos regímenes títeres en Pekín y Nankín. En esta última ciudad las tropas japonesas entraron el 13 de diciembre de 1937 desencadenando una campaña de extraordinaria violencia contra la población civil, la llamada masacre de Nankín, en la que murieron miles de personas (las estimaciones varían desde unas 20.000 a 200.000 víctimas, según las fuentes).
[editar] Estabilización del frente
La invasión japonesa supuso también el final de la persecución a la que el gobierno del KMT había sometido al Partido Comunista de China. El estado de crisis nacional forzó la colaboración entre el KMT y el Partido Comunista. Aunque Chiang Kai-shek era al principio reacio a esta colaboración con el Partido Comunista, tuvo que aceptarla a raíz del incidente de Xi'an, cuando el mariscal Zhang Xueliang, militar favorable a una alianza entre el KMT y el Partido Comunista que controlaba la región de Shaanxi, detuvo a Chiang Kai-shek en Xi'an, manteniéndolo prisionero hasta que aceptó el establecimiento de un frente común entre el KMT y los comunistas para defenderse frente a la agresión japonesa.
La invasión japonesa permitió así al Partido Comunista reagruparse en su base norteña de Yan'an, ciudad desde la cual controlaban una parte de Shaanxi y de Mongolia Interior, así como la totalidad de Gansu y Ningxia. Muchos intelectuales afines al Partido Comunista, como la escritora Ding Ling, se unieron a los comunistas en Yan'an, mientras el régimen debilitado de Chiang Kai-shek mantenía un control tenue sobre el sur de China desde la capital provisional de Chonqqing.
A inicios de 1938 el KMT ordenó un contraataque en Xuzhou, se prepararon más de 600.000 hombres que sorprendieron al enemigo, que contaba sólo con 240.000 soldados en la zona. Sin embargo, el poder del Ejército nipón se demostró nuevamente cuando en dos semanas la ofensiva fracasó y los chinos hubieron de retirarse con 100.000 bajas. Al final la batalla únicamente contribuyó a debilitar aún más la posición del KMT.[18] La ciudad fue capturada por las unidades japonesas el 21 de mayo.[19] La campaña por el control de la ciudad, importante nudo ferroviario,llevó a los japoneses a trasladar tropas desde Manchuria y fue planeada por los mandos en China para forzar al alto mando japonés a continuar la lucha.[20]
A mediados de ese año se produjo la mayor batalla de la guerra, la de Wuhan,[20] la última gran ciudad industrial que no se hallaba ya bajo control japonés,[20] cuando un ejército japonés de 350.000 hombres al mando de Príncipe Kan'in Kotohito atacó la estratégica ciudad de Wuhan a orillas del río Yangtsé. El mayor centro productor de acero y carbón al sur de Manchuria, centro ferroviario de diversas líneas y de gran población, su pérdida podía suponer un enorme revés para el esfuerzo bélico chino.[19] Chiang Kai-shek no estaba dispuesto a perderla por lo que movilizó 1.100.000 hombres para su defensa (incluyendo muchas de sus tropas de élite); la alianza entre el Guomnidang y el Partido Comunista chino fue estrecha en la defensa de la ciudad;[19] los japoneses, a pesar de padecer largas líneas de abastecimiento y el agotamiento de sus tropas por los continuos y duros combates,[19] vieron en esta batalla la oportunidad de aniquilar las principales fuerzas del KMT, por lo que decidieron lanzar un ataque de pinza para rodear a sus enemigos en torno a la ciudad. Dicho plan fracasó: los chinos se defendieron ferozmente causando graves bajas a sus rivales, aunque la ciudad terminó cayendo en manos japonesas (21 de octubre[21] ), no sin que las tropas chinas lograran evacuarla dos días antes[21] e impedir su aniquilamiento. Los chinos sufrieron 400.000 bajas militares y 500.000 civiles, los japoneses 140.000. Tras esta batalla los japoneses detuvieron su avance y el frente empezó a estancarse.[22] Durante la batalla, la principal de los primeros quince meses de combates,[19] en junio, los alemanes decidieron reforzar su alianza con Japón y retirar a los asesores militares destinados con las fuerzas de Jiang Jieshi.[23] En julio y agosto, los duros enfrentamientos fronterizos entre soviéticos y japoneses avivaron las esperanzar chinas de que finalmente la URSS entraría en guerra con Japón.[23] El acuerdo bilateral para acabar con el incidente alcanzado a comienzos de agosto eliminó tal posibilidad.[24]
A finales de 1938, Japón controlaba el norte y una sección importante del centro de China. No obstante, la negativa de los gobernantes chinos a rendirse, a pesar de los desastres militares, frustraron las esperanzas japonesas de una victoria rápida. En efecto, a inicios de 1939, la política expansionista japonesa empezó a buscar territorios menos "problemáticos" al territorio chino, quedando relegado este frente a un segundo plano militar para los gobernantes japoneses. Esto no significó ningún alivio para las tropas chinas, ya que aunque el avance japonés fue más lento, los chinos no pudieron organizar ningún contraataque coherente. Ese mismo año los japoneses destruían una fuerza china de 200.000 hombres en Nanchang[25] en respuesta los chinos contraatacaron logrando sus primeras victorias importantes en Changsha[26] y otra en Guangxi.[27] Para hacer retroceder a los chinos, el Ejército Imperial Japonés ordenó una ofensiva en todo el frente durante el invierno de 1939 a 1940, en la que se llamó Ofensiva de Invierno, en la que tomaron parte 850.000 soldados japoneses. Tomados por sorpresa, los chinos apenas tenían 550.000 hombres para hacerles frente. Aunque los japoneses tuvieron éxito en la ofensiva, a la larga fue la acometida fue un fracaso estratégico, ya que los chinos resistieron y podían reemplazar las bajas más fácilmente que sus enemigos.[28]
[editar] Cambio del curso de la guerra
La entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial a finales de 1941 frenó el avance japonés en China. Al igual que en China, la esperanza japonesa de una victoria rápida sobre los Estados Unidos no se concretó, y la llegada al Océano Pacífico de tropas estadounidenses convirtió a la guerra con China en una carga para Japón. Si bien la presencia de tropas japonesas en China limitó el alcance de los bombardeos estadounidenses, se tuvo que mantener una gran guarnición de soldados para controlar a la incontable población china, soldados que sin ninguna duda hubieran sido de ayuda en Birmania o Guadalcanal.
A mediados de 1940 los chinos ya se habían recuperado de la ofensiva invernal, y atacaron con éxito Zaoyang y Yichang. El año siguiente los chinos recuperaron Henan y Shanggao. En tanto que los japoneses lanzaron una ofensiva en el sur de Shanxi y recuperaron Changsha, cuando los japoneses intentaron recuperarla en 1942 300.000 chinos los rechazaron. Tras esto los chinos tomaron Zhejiang y Jiangxi con 300.000 hombres, lo mismo paso con la provincia de Hubei y en Changde.[29] [30] [31] [32]
Pero no fue hasta 1944 cuando los líderes japoneses mostraron interés en China de nuevo. Debido a la presencia de bases aéreas estadounidenses en China, Japón lanzó la operación Ichi Go con 400.000 soldados, cuyo objetivo era eliminar estas bases, con lo que detendría los bombardeos en las islas japonesas. Además, se formaría un enlace terrestre con la guarnición japonesa en la Indochina francesa. La operación fue un éxito, pero las bases estadounidenses fueron trasladadas a las recién capturadas islas Marianas, y los bombardeos sobre Japón continuaron.
La rendición de Alemania en mayo de 1945 selló finalmente el destino de Japón, ya que permitió al Ejército Rojo soviético intervenir en Manchuria el 8 de agosto de ese año, dos días después de que la bomba atómica fuese lanzada por los Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima y un día antes de que otra bomba fuese lanzada sobre Nagasaki. Estos hechos forzarían la rendición japonesa y su retirada de Asia continental.
[editar] Hechos posteriores
El final de la guerra supuso la salida definitiva de Japón del territorio chino. Todo el territorio ocupado, así como Manchuria y Taiwán, volvían a estar bajo soberanía nominal china, y Chiang Kai-shek restablecía el gobierno de Nankín. Sin embargo, las fuerzas comunistas de Yan'an, muy fortalecidas por los años de guerra y por la intervención soviética en Manchuria, aumentaban su control sobre numerosas zonas de la China rural. La salida de los japoneses daba paso así a una guerra civil abierta entre el KMT de Chiang Kai-shek y los comunistas de Mao Zedong.
Corea dejó de ser japonesa y se dividió en dos partes: Corea del Norte, la parte apoyada por los soviéticos y Corea del Sur apoyada por Estados Unidos que años más tarde, comenzaría la Guerra de Corea.
[editar] Véase también
[editar] Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre la Segunda Guerra Sino-Japonesa. Commons
[editar] Notas y referencias
- ↑ Morley (1983), p. 268
- ↑ Morley (1983), p. 272
- ↑ a b Morley (1983), p. 273
- ↑ a b c Morley (1983), p. 274
- ↑ a b c Morley (1983), p. 276
- ↑ Garver (1987), p. 296
- ↑ Garver (1987), p. 297
- ↑ Garver (1987), p. 302
- ↑ Garver (1987), p. 299
- ↑ a b Garver (1987), p. 303
- ↑ a b Garver (1987), p. 305
- ↑ Garver (1987), p. 306
- ↑ Garver (1987), p. 308
- ↑ Garver (1987), p. 304
- ↑ [1]
- ↑ [2]
- ↑ [3]
- ↑ [4]
- ↑ a b c d e Garver (1987), p. 311
- ↑ a b c Garver (1987), p. 310
- ↑ a b Garver (1987), p. 315
- ↑ [5]
- ↑ a b Garver (1987), p. 312
- ↑ Garver (1987), p. 314
- ↑ [6]
- ↑ [7]
- ↑ [8]
- ↑ [9]
- ↑ [10]/
- ↑ [11]
- ↑ [12]
- ↑ [13]
[editar] Bibliografía
- Garver, John W. (1987). «Chiang Kai-shek's Quest for Soviet Entry into the Sino-Japanese War». Political Science Quarterly 102 (2): pp. 295-316. http://www.jstor.org/stable/2151354.
- Morley, James W. (1983). James W. Morley. ed (en inglés). The China Quagmire: Japan's Expansion on the Asian Continent, 1933-1941 (Japan's Road to the Pacific War. Columbia University Press. pp. 503. ISBN 9780231055222.